domingo, 29 de noviembre de 2015

Polifonía

Polifonía

La polifonía es una textura que consiste en dos o más voces melódicas independientes, en oposición a la música con tan sólo una voz (monotonía) o a la música con una voz melódica dominante acompañada por acordes. El término es empleado usualmente en referencia a la música de finales de la Edad Media y el Renacimiento. Las formas barrocas, tales como la fuga, que debería ser llamada polifónica, son descriptas en cambio como contrapuntales.


También, en oposición a la terminología del contrapunto, la polifonía era por lo general o “tono-contra-tono” o “punto-contra-punto” o “tono sostenido” en una parte. En todos los casos el concepto era probablemente lo que Margaret Bent llama “parejas de contrapunto”, con cada parte escrita generalmente, una opuesta a la otra, con todas las partes modificadas si es necesario al final. 
El concepto de punto-contra-punto es opuesto al de “composición sucesiva” tonal o atonal, donde las voces eran escritas en un orden tal que cada voz nueva encajara en la totalidad que se había construido hasta el momento, la cual era asumida previamente. Dos tratados, ambos datan del año 900 d.C., son comúnmente considerados la parte sobreviviente más antigua respecto al tema; aunque sean nota-contra-nota, las voces se muevan, mayormente, en octavas paralelas, quintas y cuartas, y los cuales no se intentó llevarlos a cabo.


Los “Winchester Tropers”, del año 1000 d.C., son el ejemplo sobreviviente más viejo de la práctica polifónica más que de la pedagógica, si bien los intervalos, niveles tonales y duraciones no están frecuentemente indicadas. Doce siglos de compositores, tales como Léonin y Pérotin, desarrollaron el organum teórico musical básico que fue introducido siglos antes, y también añadieron una tercera y cuarta voz al ahora cántico homofónico. En el siglo trece, el canto basado en tenores se estaba volviendo alterado, fragmentado y escondido entre los tonos seculares, oscureciendo los textos sagrados mientras los compositores continuaban jugando con esta nueva invención llamada polifonía.

 Las letras de los poemas de amor se cantaban sobre los textos sagrados en forma de tropo, o los textos sagrados eran colocados dentro de las familiares melodías seculares.

Melodia

Melodía 



En teoría musical, una melodía, también llamada un tono, una voz o una línea, son una serie de eventos lineales sonoros o una sucesión, pero no una simultaneidad como es el caso de los acordes. Sin embargo, esta sucesión debe contener cambios de algún tipo y ser percibida como una sola entidad (posiblemente Gestalt) para ser llamada melodía. Más específicamente esta incluye patrones de cambios de tonalidades y de duraciones, mientras que de una forma más generalizada incluye algún patrón de cambios de eventos o de calidad.


El cambio es necesario para los eventos que son entendidos como relacionados o no relacionados. Usualmente, las melodías constan de una o más frases musicales, es decir "motivos", y son por lo general, se encuentran repetidas a lo largo de una canción o pieza, en varias formas.
Las melodías, contrapuestas al acompañamiento, pueden ser descriptas también, por su movimiento melódico o por sus tonalidades, o por los intervalos entre tonos (predominantemente conjuntos o disjuntos o con mayores restricciones), o el registro de tono, la tensión y la liberación, la continuidad y la coherencia, la cadencia y la forma.
En una definición más específica, aplicable al período de práctica común y a la música popular, una melodía puede contrastarse con el acompañamiento o la armonía que esta provee. Como supone el acompañamiento, la misma debe entenderse como el centro de atención, con otras partes que proveen un fondo musical.  “Los elementos esenciales de cualquier melodía son, la duración, la tonalidad, y la calidad (timbre, textura y matices)”.


Las melodías, mayormente las de la música europea, que fueron escritas antes del siglo XX, se caracterizan por presentar “eventos recurrentes, usualmente periódicos, dentro de todos los niveles estructurales” y “la recurrencia de duraciones y patrones de duraciones”, dichas características son también importantes en la música del siglo XX.

Monodia

Monodia 

Composición musical para una sola voz, una sola melodía, que tuvo un gran desarrollo durante los siglos VIII y XIII (canto gregoriano). Cuando cantaban varias voces lo hacían al unísono o con una octava de intervalo. Generalmente, el término se refiere a toda melodía para una sola voz, y se opone a polifonía.
Monodia etimológicamente proviene del término griego μονῳδία [monodia], compuesto de μόνος [monos] que significa "solo, único" y ᾠδή [ode] que quiere decir "oda, canto".


En música, monodia generalmente hace referencia a una composición musical para una sola voz (una sola melodía) en contraposición a la polifonía. No obstante, es un término que ha variado a lo largo de la historia y, en consecuencia, puede hacer referencia a dos conceptos diferentes:
La monodia o monofonía, que es la textura musical característica de la música medieval, como el canto gregoriano. En esta textura todas las voces e instrumentos que intervienen cantan o tocan simultáneamente la misma melodía, al unísono o a distancia deoctava. (Para ampliar información sobre este concepto, véase el artículo dedicado a la monofonía).


Contrapunto

Definición.

El término contrapunto proviene del Latín punctum contra punctum (“nota contra nota”). En todas las eras, la escritura de música organizada contrapuntalmente ha estado sujeta a ciertas reglas, a veces muy estrictas. Por definición, los acordes ocurren cuando múltiples notas suenan simultáneamente; sin embargo, las características armónicas, de acordes y “verticales” son rasgos secundarios y casi incidentales cuando el contrapunto es el elemento predominante.

Especies

El contrapunto se estudia mediante una secuencia ordenada de ejercicios, consistentes en la escritura de uno o varios contrapuntos a partir de un cantus firmus dado (melodía vocal en redondas) en distintas especies

Por especie se entiende un conjunto de reglas de construcción melódica. El contrapunto severo distingue cinco especies:

 Primera especie. Sistema de reglas que gobiernan la composición de un contrapunto en redondas.

 Segunda especie. Ídem. De un contrapunto en blancas.

 Tercera especie. Ídem. de un contrapunto en negra

 Cuarta especie. Ídem. de un contrapunto en síncopas de redonda.


Quinta especie. Ídem de un contrapunto “florido” o de combinación de especies. 

Posteriormente se practica contrapunto florido en todas las voces y la imitación.

domingo, 18 de octubre de 2015

INSTRUMENTOS DEL BARROCO

INSTRUMENTOS DEL BARROCO

Instrumentos de teclado

Órgano: Los sonidos se generan haciendo pasar el aire por tubos de diferentes longitudes. Se maneja mediante uno o más teclados.

Clave: es un instrumento musical con teclado y cuerdas pulsadas y percutidas.


Clavicordio: instrUmento musical europeo, de cuerda percutida y sonido muy 
quedo.




Instrumentos de cuerda

Laúd: instrumento de cuerda pulsada, muy apreciado para acompañar cancionesy como “continuo” en la música de cámara.Para superar sus dificultades sonoras se hicieron construír diferentes tipos de laúd.

Violín: instrumento de cuerda frotada que tiene cuatro cuerdas afinadas por intervalos de quintas.

Viola: Es parecida al violín pero de mayor tamaño. Adopta diferentes tamaños, y generalmente está signada a ser un instrumento de la orquesta, no solista.

Viola da gamba: tiene seis cuerdas afinadas por cuartas.




Instrumentos de viento

Flauta dulce o de pico: Instrumento de viento madera, con un sonido más dulce que el de la flauta travesera.

Oboe: instrumento de la familia viento madera, más agudo que el clarinete.

 Fagot: es un instrumento musical de tubo cónico  provisto de lengüeta doble.


Los instrumentos de metal, tales como las trompas, trompetas y trombones se utilizaron en las orquestas grandes, pero raramente como instrumentos solistas.

La época dorada del clavecín, la viola da gamba y el órgano

En esta época, el clavecín, el órgano, la viola da gamba y el laúd vivieron su gran época dorada a nivel técnico, interpretativo y compositivo. La etapa final del Barroco (1700-1750) será el cenit y el ocaso del clavecín y la viola da gamba que en la segunda mitad del siglo XVIII caerán en el olvido y quedarán totalmente relegados, ya en la época clásica, por sus descendientes, el violín, el violonchelo y el pianoforte.
El laúd, el instrumento renacentista por excelencia, cayó en el olvido ya por 1690-1700, desplazado por la guitarra y el clavecín. El órgano subsistirá pero ya no con el auge anterior.

VIOLA DA GAMBA

VIOLA DA GAMBA

La viola da gamba es un cordófono de arco, provisto de trastes, de amplio uso en Europa entre finales del siglo XV y las últimas décadas del siglo XVIII. El modelo más extendido tiene seis cuerdas afinadas por cuartas (con una tercera mayor entre las centrales), un aspecto similar al del violonchelo, una extensión de re a re", y es tañido tomando el arco palma arriba. Al intérprete se le conoce como violagambista.







Su denominación, de origen italiano, significa "viola de pierna". Se opone así a la de la viola convencional, llamada da braccio (de brazo), y a la viola de mano pulsada. Se debe a la forma de ser asida por el músico, entre sus piernas. Aunque actualmente se ha impuesto la expresión "viola da gamba" en los países hispanohablantes, el instrumento ha sido denominado en castellano de otras muchas formas a lo largo de su historia, tales como "vihuela de arco" (Cerone, 1613), "vigüela de arco" (Covarrubias, 1611) o "violón" (Ortiz, 1553). En francés es llamada viole, en inglés viol y en alemán Gambe.


Existe una gran variedad de modelos históricos de viola da gamba; no obstante, podemos señalar una serie de características constructivas típicas que suelen coincidir en la mayor parte de ellos:
Diapasón curvo y con siete trastes.
Caja con hombros caídos y fondo plano, con talud hacia el mango.
Tabla armónica tallada.
Escotaduras pronunciadas.
Oídos en forma de C.
Puente curvo.
Cuerdas de tripa (las más graves entorchadas con metal), en número entre cinco y siete.
Afinación por cuartas con una tercera mayor intercalada.
Clavijero tallado con motivos figurativos.
De modo análogo las formas de tañer el instrumento suelen coincidir en:
Sujetar el instrumento entre las piernas, incluso los de menor tamaño (con la única excepción de las violas de muy gran tamaño, apoyadas en el suelo) y sostenerlo verticalmente, con ligera inclinación del mango hacia la izquierda del músico.
Tomar el arco palma arriba teniendo algún dedo en contacto directo con las cerdas, técnica similar a la tradicional en los instrumentos de cuerda folclóricos.

En cuanto al tamaño y, consecuentemente, la tesitura, las violas da gamba constituyen una amplia familia. Las tallas más en uso son las de soprano, tenor y (sobre todo) bajo, pero existe una gran variedad de modelos. De menor a mayor podemos encontrar:
El quinton francés, instrumento de afinación mixta entre el violín y el pardessus de viole: sol-re'-la'-re"-sol".
El pardessus de viole francés, afinado sol-do'-fa'-la'-re"-sol".
La viola soprano, afinada re-sol-do'-mi'-la'-re".
La viola alto, raramente usada, afinada La-re-sol-si-mi'-la'.
La viola tenor, de afinación idéntica a la del laúd renacentista en Sol: Sol-do-fa-la-re'-sol'.
La lyra viol, modelo inglés del siglo XVII de tamaño algo mayor que la viola tenor y al que se aplicaban diversas afinaciones para interpretar música de tablatura.
La division viol, instrumento inglés descrito entre otros por Christopher Simpson (Simpson, 1659), de afinación semejante a la de la viola bajo pero de menor tamaño, apropiada para el uso solístico.
La viola bastarda, denominación italiana que podría identificarse con la division viol.
La viola bajo, afinada Re-Sol-do-mi-la-re'. Es, con diferencia, el modelo más usado de la familia, desde Diego Ortiz (S. XVI) hasta Abel (S. XVIII), y es hoy el modelo básico en la enseñanza reglada del instrumento. Sainte-Colombe impuso en la Francia del siglo XVII una variante de siete cuerdas, al añadirle una cuerda más grave (La,). Por el agudo su extensión en el repertorio suele llegar al re".
El violone en Sol, afinado Sol,-Do-Fa-La-re-sol.
El violone en Re, afinado Re,-Sol,-Do-Mi-la-re.
No obstante, en todo momento ha habido un gran número de afinaciones alternativas recogidas en tratados históricos: así, por ejemplo, en la Francia del XVI las violas solían tocarse en conjuntos formados por instrumentos de cinco cuerdas afinados enteramente por cuartas, al igual que ocurre con muchos violones posteriores. Hay que advertir también de la notable confusión de términos entre lyra viol, division viol y viola bastarda.
Actualmente se investiga en la producción de nuevos modelos de viola da gamba, algunos de ellos eléctricos.


Ya en la Edad Media existen representaciones de instrumentos de cuerda, como vihuelas de arco y rabeles, que son tañidos con arco y sujetos entre las piernas de los músicos. Hay que esperar a fines del siglo XV para registrar los primeros instrumentos con las características propias de la viola da gamba, tales como el diapasón con trastes y las escotaduras. Abundantes testimonios iconográficos de ca. 1500 sustentan la hipótesis de que este instrumento fue creado en los dominios de la Corona de Aragón (Reino de Valencia, Baleares, Cerdeña, sur de Italia) como evolución de la vihuela de mano, al ser tañida ésta con arco siguiendo la técnica morisca del rabel, aún entonces muy extendido en Valencia (Woodfield, 1984; Andrés, 1995). Muy pronto se recogen testimonios escritos de la presencia del instrumento en Roma y en la corte hispana de Isabel la Católica, y ca. 1514 es representado por Rafael Sanzio en su Éxtasis de Santa Cecilia. En ese momento han sido ya desarrollados modelos de diversos tamaños y el instrumento se expande rápidamente por toda España, Italia, Alemania, Francia e Inglaterra.

Casi desde su origen la viola da gamba fue utilizada en conjuntos, hoy llamados consorts, formados por violas de diversos tamaños; con ellos se interpretaba música polifónica (fuese o no de origen vocal). Pero muy pronto tratados como el de Diego Ortiz describen también su uso virtuosístico en la improvisación y la disminución.
El repertorio específico para viola da gamba se crea consecutivamente en los países que se situaron a la vanguardia del instrumento; así, los principales autores del XVI publican en Italia: Silvestro Ganassi (Ganassi, 1542 y 1543), Ortiz y más tarde Rognoni, con el que ya a principios del XVII el repertorio de disminuciones para viola bastarda alcanza una muy notable dificultad, lleno de grandes saltos, agilidades y pasajes en tesituras extremas.
Emigrado el italiano Alfonso Ferrabosco a Inglaterra, la obra de su hijo homónimo da inicio a la prolífica escuela inglesa: durante el siglo XVII se produce una gran floración del repertorio para consort con autores como John Dowland (Lachrimae or Seven Teares, 1604), Gibbons, Coprario, Lawes y, finalmente, las Fantasías de Henry Purcell. Simultáneamente se desarrolla allí el repertorio de variaciones sobre grounds para division viol (Simpson, Poole, Jenkins) y el de piezas para lyra viol (Ferrabosco hijo, Hume, Sumarte, Corkine), difundido mediante manuscritos en tablatura para uso doméstico.


La visita de Maugars a Inglaterra origina la escuela francesa de los siglos XVII y XVIII, que llevaría al instrumento a su máximo desarrollo solístico gracias a Hotman, Sainte-Colombe, Marin Marais y los Forqueray. El repertorio francés se organizaba habitualmente en forma de suites para viola da gamba bajo (de siete cuerdas) y bajo continuo. Si los cinco libros publicados por Marin Marais han alcanzado el mayor prestigio musical, el instrumento llegó a su máximo grado histórico de dificultad técnica y riqueza de recursos en las piezas de Antoine Forqueray, publicadas por su hijo Jean-Baptiste Antoine en París (1747).
Es también en el siglo XVIII cuando trabajan en Alemania sus principales virtuosos (como el holandés Johannes Schenck y los Abel), escribiendo para la viola da gamba autores de primera línea como Buxtehude y Telemann. Johann Sebastian Bach creó para Christian Ferdinand Abel sus tres Sonatas para viola da gamba y clave obligado (en Sol mayor, en Re mayor y en Sol menor, respectivamente BWV 1027, 1028 y 1029), y utilizó igualmente la viola da gamba bajo en varias intervenciones en las Pasiones según San Juan y San Mateo. Carl Friedrich Abel, hijo de Christian Ferdinand, es considerado el último gran violagambista de la época histórica, alcanzando legendaria fama sus improvisaciones londinenses, recogidas en manuscritos de piezas para viola da gamba sola.


Asociada al mundo aristocrático del Ancien Régime y carente del poderío sonoro de su rival el violonchelo, la viola da gamba fue perdiendo durante el siglo XVIII su posición predominante como instrumento principal entre los graves de cuerda. Pese a su reivindicación entre los franceses, por autores como Hubert Le Blanc (Le Blanc, 1740), como representante de su música frente a la invasión del gusto italiano, la viola da gamba prácticamente desapareció de la práctica musical en torno a 1800, tras una efímera resurrección encarnada en el baritón, una variante con cuerdas de resonancia añadidas.

Durante la primera mitad del siglo XX los pioneros más destacados en la recuperación de la viola da gamba fueron la familia Dolmetsch (en concreto Arnold Dolmetsch) y August Wenzinger. Ya en la segunda mitad del siglo XX el instrumento recuperó su lugar en el mundo concertístico, siempre en el contexto de la llamada "interpretación históricamente documentada", movimiento de recuperación de la música antigua interpretada con criterios historicistas, con particular protagonismo de centros de enseñanza como la Schola Cantorum Basiliensis (Suiza) o los conservatorios holandeses. Entre los gambistas sobresalientes de esa segunda mitad del siglo XX cabe destacar a Wieland Kuijken, Jordi Savall, Vittorio Ghielmi y Paolo Pandolfo. A partir de los años ochenta el instrumento ha normalizado su presencia en la vida musical académica, pudiendo actualmente ser estudiado en todos los grados de enseñanza en la mayoría de los países europeos, como Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia y España.
Han surgido igualmente instituciones y asociaciones que fomentan la recuperación de la viola da gamba, como la Viola da Gamba Society, fundada en 1948 en Gran Bretaña, o la Orpheon Foundation, liderada por el profesor José Vázquez y que cuenta con una colección de más de cincuenta violas da gamba históricas en estado de uso. La popularidad del instrumento conoció un gran empuje gracias a la película Todas las mañanas del mundo, de Alain Corneau (1991), libremente basada en las vidas de Marin Marais y Monsieur de Sainte-Colombe, cuya banda sonora, dirigida por Jordi Savall, fue un enorme éxito de ventas.

En las últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI la viola da gamba ha normalizado también su vida musical. Si bien su repertorio básico sigue siendo el histórico, diversos conjuntos y solistas han fomentado la composición de nuevas obras para el instrumento y para consort de violas, encargadas a autores como Ernst Reijseger, George Benjamin, Michael Nyman, Elvis Costello, John Tavener, Gavin Bryars, Ivan Moody o Barry Guy, entre otros muchos.

domingo, 11 de octubre de 2015

Modos esclesiasticos

MODOS ECLESIÁSTICOS

Toda la teoría musical medieval hasta el siglo XI procede, más o menos modificada, de la teoría musical griega. Estos modos son utilizados en la Edad Media y son la base del canto gregoriano. Los modos eclesiásticos también son llamados gregorianos (el nombre procede de San Gregorio Magno, Papa entre los años 590-604, a quien la tradición medieval atribuye la organización definitiva del canto eclesiástico).

En la Edad Media se aplicaron los nombres de los 8 modos griegos a los 8 modos eclesiásticos, pero también se utilizaba la nomenclatura en latín: protus, deuterus, tritus y tretardus (que significa 1º, 2º, 3º y 4º).

Existen 4 modos principales o auténticos que están formados en sentido ascendente por una 5ª justa más una 4ª justa. De ellos derivan otros 4 modos secundarios o plagales, formados por esa mima 5ª justa más una 4ª conjunta descendente.

A diferencia de los modos griegos, los eclesiásticos tienen sentido ascendente. La primera nota de cada modo auténtico y su correspondiente plagal se llama Finalis (final) y es la misma en los auténticos y en los plagales. La segunda nota en importancia se llama Repercusio (la dominante) o cuerda de recitación, es la nota en torno a la que se organiza la melodía. En los modos auténticos la Repercusio está una 5ª por encima de la Finalis, excepto cuando recae en la nota si, en cuyo caso pasa a do.

En los modos plagales la Repercusio está una 3ª por encima de la Finalis, excepto en el Deuterus Plagal y en el Tetrardus Plagal, en los que está una 4ª por encima.